El presidente turco Recep Tayyip Erdogan decretó el estado de emergencia en el país por un periodo de tres meses, con el fin de "actuar rápidamente" contra quienes intentaron ejecutar un golpe de Estado el pasado viernes 15 de julio.
La medida obedece a una intención de su gobierno de "tomar pasos más eficientes para eliminar lo antes posible las amenazas a la democracia", pues para el mandatario la facción de las fuerzas armadas que quiso tomar el poder, usó tácticas terroristas en contra del Estado y la Nación.
Erdogan también reconoció ante el Consejo de Seguridad Nacional que el esfuerzo del gobierno y la gente que salió a las calles fue fundamental para frustrar el intento de golpe de Estado. "La nación nunca olvidará el valor y sacrificio de aquellos que perdieron sus vidas", afirmó.