La cadena de comida rápida KFC investiga una denuncia presentada por familiares de una niña de tres años que perdió un ojo tras ser atacada por pitbulls, y quien presuntamente fue obligada a abandonar un restaurante porque su apariencia incomodaba a los comensales.
La familia ha estado publicando en una página de Facebook cómo se ha ido recuperando la niña luego del ataque, y el jueves pasado publicaron la queja contra el restaurante.
“La semana pasada en un KFC en Jackson a este precioso rostro le pidieron que se retirara porque su cara asustaba a otros comensales”.
KFC informó que está investigando el caso. “Tenemos cero tolerancia para este tipo de acciones hirientes e irrespetuosas hacia nuestros clientes”, dijo un vocero de la cadena.