El gobernador de la provincia afgana de Logar, Arsala Jamal, falleció luego que una bomba oculta en un micrófono estallara justo cuando se disponía a brindar un discurso a los fieles de una mezquita musulmana de Eid al-Adha.
La bomba fue activada por un extraño en el momento en que la autoridad expresaba sus primeras palabras, ocasionándole una muerte instantánea, además de ocasionar heridas de consideración en otras 15 personas, entre ellos sacerdotes.
Analistas indican que Jamal habría sido asesinado por ser un allegado cercano al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para demostrar que la provincia es controlada por las fuerzas rebeldes de la opsición.
En tanto, el mandatario condenó el atentado y sostuvo que este hecho no hace más que confirmar que “el Talibán es un enemigo para el Islám y la humanidad”.
Logar y Kabul son unas de las 34 provincias afganas que se han convertido, en los últimos años, en un territorio sin control ni ley. En octubre del 2010, el gobernador de Kunduz, Mohamad Omar, también murió en un atentado dentro de una mezquita.
