El presidente de Siria, Bashar Al Assad, se había comprometido a entregar sus armas químicas y además colaborar con las investigaciones del ataque con gas sarín contra civiles, sin embargo líderes mundiales aún mantienen sus dudas sobre la decisión del mandatario y entre ellos, para sorpresas de muchos, políticos rusos.
El jefe de gabinete del Kremlin, Sergei Ivanov, ha advertido que la postura oficial del gobierno de Vladimir Putin podría variar si se descubre que el régimen sirio está engañando a la comunidad internacional con respecto al uso de armas químicas en la agresión del pasado 21 de agosto que acabó con la vida de 27 personas.
"Estoy hablando en teoría, hipotéticamente, pero si vemos que hay una certeza de que Al Assad está mintiendo, podríamos cambiar nuestra postura", indicó Ivanov durante un conferencia en Estocolmo en el Instituto Internacional para los Estudios Estratégicos.
Sin embargo, el diplomático ruso exhortó a los gobiernos de Occidente a esperar los datos fehacientes sobre los lugares de almacenamientos de las armas químicas sirias. "Tenemos que entender que Al Assad no tiene control sobre todo el territorio sirio. Todavía no sabemos dónde se encuentra geográficamente todo el arsenal de armas químicas", sostuvo.
Asimismo, Ivanov insistió que, sin depender de las conclusiones, los países interesados en la guerra armada siria no deben adoptar por la vía bélica con salida al problema sino a través de acuerdos diplomáticos para evitar más víctimas en dicha región de Medio Oriente.