Una familia de Johannesburgo, en Sudáfrica, se llevó tremenda sorpresa al encontrar su casa saqueada y desordenada, pero mayor fue el asombro al enterarse que los ladrones fueron unos pícaros monos que entre sus juegos hurtaron algunas pertenencias que se encontraban en una de las habitaciones. El susto que luego pasó a ser una divertida experiencia, de seguro, le servirá a esta familia para que nunca más dejen abierta la ventana de su vivienda.