Lo que antes parecía sacado de una película de ciencia ficción ahora es una realidad médica: una rodilla biónica que no solo permite caminar, sino que también se siente como una parte más del cuerpo humano. El avance podría transformar la vida de miles de personas con amputaciones mayores.
TECNOLOGÍA QUE SE INTEGRA AL CUERPO HUMANO
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una innovadora rodilla biónica para personas que han sufrido amputaciones por encima de la rodilla. A diferencia de las prótesis convencionales, esta nueva tecnología se conecta directamente al hueso y a los músculos del paciente, permitiendo un movimiento más fluido y un control mucho más preciso. El sistema ha sido bautizado como prótesis mecanoneural osteointegrada (OMP, por sus siglas en inglés).
La prótesis combina dos avances tecnológicos clave: la técnica quirúrgica AMI (Agonist-Antagonist Myoneural Interface), que reconecta los músculos seccionados durante la amputación, y un implante óseo de titanio que se fija al fémur. Este último cuenta con cables que registran señales eléctricas generadas por los músculos, las cuales se traducen en movimientos naturales del dispositivo biónico.
RESULTADOS PROMETEDORES
La rodilla biónica fue puesta a prueba en un estudio clínico reducido, en el cual los pacientes lograron caminar, subir escaleras y esquivar obstáculos con una fluidez que supera ampliamente a las prótesis tradicionales. Además del rendimiento físico, los investigadores midieron el embodiment o grado de integración de la prótesis al cuerpo, y los resultados mostraron que los participantes llegaron a sentirla como parte de sí mismos.
Este desarrollo representa un avance crucial tras los resultados exitosos de la técnica AMI en amputaciones por debajo de la rodilla, donde ya se aplica de forma rutinaria. La expectativa es que, una vez aprobada, esta nueva tecnología también se convierta en un estándar para quienes han perdido una pierna por encima de la rodilla.
El sistema OMP aún necesita validación clínica en estudios más amplios para obtener la aprobación comercial por parte de la FDA en un plazo estimado de cinco años. El MIT continúa liderando la investigación en prótesis neuromusculares con enfoque en movilidad y percepción corporal.