Investigadores estadounidenses se inspiraron en el arte japonés del origami para crear un robot que revolucionaría el sector tanto en la industria terrestre como espacial. Plano como un papel a simple vista, es capaz de desplegarse y avanzar por su propia cuenta.
Los expertos señalaron que esta máquina podría ser usada para la exploración espacial, labores de rescate o acelerar la manufactura en líneas de ensamblaje. Por ahora, sin embargo, su comercialización está muy lejos.
Un informe publicado por la revista Science señaló que, a pesar de ello, los últimos avances abren la vía a un nuevo género en el mundo de la robótica personalizada. En primer lugar, por lo barato del material con que es producido: sólo cuesta 100 dólares.
Además, puede reprogramarse fácilmente para realizar distintas tareas, manifestó Sam Felton, investigador del instituto tecnológico Wyss de Ingeniería y de la escuela de ciencias aplicadas de la Universidad de Harvard.
“De la misma manera en que usted puede tener un documento de Word, cambiar algunas palabras y simplemente volverlo a imprimir, así mismo puede tomar el plan digital del robot, cambiar un par de cosas y volverlo a programar”, dijo.
El diminuto robot está formado de capas, entre ellas algunas de papel, una capa de cobre intermedia con una red de conductores eléctricos grabados y una capa exterior hecha de un polímero con memoria que se pliega y se despliega cuando se calienta.
Cuando las baterías y el motor se activan, el robot se despliega a sí mismo de una forma bastante parecida a los juguetes ‘Transformers’, y se escabulle como un cangrejo. El costo total para desarrollar este robot fue de unos 11,000 dólares, contó Felton.
No obstante, el robot-origami en sí mismo cuesta cerca de 80 dólares con baterías y motor, más 20 dólares por los materiales. “Si tuviera que fabricar otro, me costaría 100 dólares”, acotó.