Expertos de los Estados Unidos aseguran que "cuando uno come con más frecuencia no lo hace con hambre, mientras que si come diez horas después de la última comida, termina comiendo mucho más".
Por ello los adultos con sobrepeso comen con menos frecuencia que las personas con peso normal, aunque consumen más calorías y realizan menos actividad física durante el día, según un artículo publicado en la revista Journal of the American Dietetic Association.
"La mayoría de las investigaciones demostraron que las personas que comen con más frecuencia tienen menos peso", ha señalado la principal autora de la investigación, Jessica Bachman, profesora asistente del Departamento de Nutrición y Dietética de la Marywood University en Scranton, en Pennsylvania (Estados Unidos).
Bachman y su equipo observaron a unas 250 personas durante un año y analizó los datos recogidos en otros dos estudios amplios patrocinados por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
En uno de los informes del grupo de investigadores se puede observar que los hábitos alimenticios de las personas con un índice de masa corporal (IMC) de entre 25 y 47, que corresponde a personas con sobrepeso u obesidad; el otro somete a observación a hombres y mujeres con peso normal -un IMC de 19 a 24,9-, de los que la mitad habían adelgazado al menos 13,6 kilos y mantenido esa bajada de peso más de cinco años.
En general, las personas que no volvían a engordar eran los que menos calorías consumían -alrededor de 1.800 por día-, en comparación con los de peso normal y sobrepeso, que ingerían alrededor de 1.900 y más de 2.000 calorías diarias, respectivamente.
"Cuando uno come con más frecuencia no lo hace con hambre, mientras que si come diez horas después de la última comida, termina comiendo mucho más", ha reconocido la experta.
La autora del estudio también indicó que quienes mantenían el descenso de peso también eran los más activos físicamente, ya que quemaban unas 3.000 calorías por semana mediante el ejercicio y otras actividades.