El estudio explica que el exceso de masa corporal en el período infantil aceleraría el proceso biológico de la pubertad. Prueba de ello es que actualmente los casos de pubertad precoz en los menores han aumentado de manera considerable en los últimos tiempos.
Un informe de la Universidad de Michigan sobre obesidad infantil y pubertad revela que las niñas que son obesas a los 3 años y que aumentan su peso durante los siguientes tres años, llegan a la pubertad a los 9 años.
Se puede controlar. Recientes estudios demuestran que derivados de las KISSPEPTINAS, proteínas que regulan el eje reproductor, podrían ayudar a retardar el desarrollo sexual precoz de niñas obesas.
Manuel Tena Sempere, jefe de grupo del CIBERobn, institución a cargo de la investigación (Universidad de Córdoba), centra sus estudios en esta familia de proteínas que actúan como elementos reguladores clave del eje reproductor.
“Esta investigación, desarrollada en modelos animales, constituye la etapa previa a la posible aplicación clínica de las kisspeptinas como posibles blancos terapéuticos para corregir la fertilidad y las alteraciones pubertales del ser humano”, indica Tena.
Cabe mencionar que la pubertad precoz se caracteriza por un temprano desarrollo sexual y un aumento de la velocidad de crecimiento. Aumenta la talla del niño para la edad cronológica y se crea una aceleración en la fusión de sus huesos.