Un estudio reciente desarrollado por investigadores del NYU Langone Medical Center en Nueva York, en Estados Unidos, encontró que la exposición al humo podría afectar el desarrollo de la audición en los niños y aumentar el riesgo de pérdida auditiva durante la adolescencia.
Los científicos analizaron los datos de más de 1.500 jóvenes entre los 12 y los 19 años de edad relacionados con su estado de salud y sus antecedentes médicos familiares, la exposición al humo y su conocimiento de si tenían un problema de audición o no.
Después de la evaluación se pudo detectar que los adolescentes que se habían expuesto al humo tenían mayores tasas de pérdida auditiva de baja y alta frecuencia que otros adolescentes no expuestos, aunque más del 80 por ciento no sabía que tenía ningún problema en los oídos.
Además, para la investigación, todos los participantes tuvieron que hacerse exámenes físicos que incluían pruebas de cotinina en la sangre (un producto secundario a la exposición a la nicotina) y pruebas de audición. Según los exámenes sanguíneos registrados, la gravedad de la pérdida auditiva dependía de la cantidad de la exposición.