Al despertar, algunas personas pueden relatar sus sueños con gran detalle, mientras que otras apenas recuerdan haber soñado. Un reciente estudio publicado en Communications Psychology revela que este fenómeno no es casualidad, sino el resultado de rasgos individuales y características del sueño.
CLAVES DEL RECUERDO ONÍRICO
Investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca y la Universidad de Camerino realizaron un estudio entre 2010 y 2014 con más de 200 participantes de 18 a 70 años. Durante 15 días, registraron sus sueños con una grabadora de voz y utilizaron dispositivos portátiles para medir la calidad del sueño.
Los resultados indicaron que las personas con mayor tendencia a la divagación mental y un interés positivo hacia los sueños tenían más probabilidades de recordarlos. Además, quienes experimentaban más períodos de sueño ligero solían despertar con recuerdos más claros de sus experiencias oníricas.
LA EDAD Y LAS ESTACIONES
El estudio también encontró que los más jóvenes recuerdan sus sueños con mayor facilidad, mientras que los adultos mayores suelen experimentar "sueños blancos" (sensación de haber soñado sin poder recordar detalles). Además, las estaciones del año afectan la memoria onírica: en invierno, las personas recuerdan menos sus sueños que en primavera.
Estos hallazgos abren nuevas puertas en el estudio del sueño y la conciencia, con posibles implicaciones en la salud mental. Según Giulio Bernardi, autor principal del estudio, los resultados podrían ayudar a entender mejor las alteraciones del sueño en poblaciones clínicas y su impacto en el bienestar psicológico.
