Diversos estudios señalan que la alimentación juega un rol clave en la calidad del sueño, no solo por los alimentos en sí, sino también por el momento en que se consumen.
Según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es ideal ingerir al menos cinco porciones de frutas y verduras al día.
Pero más allá de la cantidad, también es importante prestar atención a la elección de ciertos frutos, especialmente para consumirlos antes de acostarse.
FRUTAS NUTRITIVAS
Frutos rojos: Ricos en carbohidratos que ayudan a aumentar los niveles de serotonina, neurotransmisor clave para regular el ciclo del sueño. Además, contienen antioxidantes que promueven la relajación.
Kiwi: Fuente valiosa de antioxidantes y serotonina. Estudios revelan que su consumo mejora el inicio, duración y eficiencia del sueño en adultos con problemas para dormir.
Banana: Alta en potasio y magnesio, minerales esenciales para la relajación muscular. También favorece la producción de serotonina y melatonina, hormonas cruciales para el ritmo sueño-vigilia.