Los especialistas del Hospital II Ramón Castilla de la Red Prestacional Almenara de Essalud, intervinieron con celeridad en el caso de una paciente de 79 años de edad que tenía coágulos de sangre en el cerebro que impedían que el oxígeno llegue a sus órganos vitales, ocasionándole un infarto cerebral.
“Hemos aplicado un procedimiento conocido como trombólisis cerebral que consiste en administrar un fármaco llamado alteplasa de forma endovenosa a la paciente con la finalidad de romper el coágulo que estaba tapando la circulación dentro de las arterias del cerebro”, explicó el Dr. Hugo Chávez de la Piedra, médico internista de Essalud.
Junto a él trabajó un equipo multidisciplinario conformado por el Dr. Leonardo Chanca Bautista, médico de guardia del área de emergencia y el Dr. Julio Inga Flores, cardiólogo del mismo hospital. De esta manera se inició la aplicación de este tipo de procedimientos, marcando un hito en la historia médica de este hospital.
“La asegurada llegó a emergencia y fue traslada a la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI), presentaba una súbita pérdida de fuerza del hemicuerpo izquierdo y dificultades para hablar de manera clara y fluida. Debido a que no tenía factores de riesgo, se procedió a intervenir de inmediato”, detalló el especialista.
Gracias al procedimiento se logró estabilizar a la paciente, se disolvió los coágulos presentes en los vasos sanguíneos bloqueados y, así, se pudo restaurar el flujo sanguíneo normal en el cerebro, lo que ayudó también a prevenir daños o consecuencias graves.
Este logro no solo representa un avance en la atención médica para los asegurados, sino que también alivia la carga en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, perfeccionando además la atención médica para los pacientes del Hospital II Ramón Castilla. En los próximos meses se espera seguir demostrando la capacidad de este nosocomio para abordar casos críticos y garantizar la salud de los asegurados.
Finalmente, el Dr. De la Piedra recomendó a la población estar alerta a los primeros síntomas que pueden advertir la presencia de coágulos de sangre en el cerebro, por ejemplo, dolores de cabeza que empeoran, vómitos, somnolencia, mareos, habla retrasada y pérdida del movimiento corporal.