Una investigación realizada por Marc Claeys, a un grupo de 16.000 pacientes, que padecieron un ataque al corazón, reveló que no hay una relación directa entre la contaminación y los infartos agudos de miocardio, sino que en realidad estos se deben a las bajas temperaturas.
El extenso estudio realizado entre el 2006 y 2009 fue presentado durante el congreso anual de la Sociedad Europea de Cardiología, en Ámsterdam. En el documento se establece que la mayoría de las personas tuvieron una dolencia o ataque durante la temporada de invierno.
"La baja temperatura es con diferencia el factor medioambiental que desencadena infartos agudos de miocardio, mientras que la contaminación tiene un efecto marginal", explicó Claeys.
Según, el autor, las bajas temperaturas estimulan los receptores de frío de la piel activan el sistema nervioso simpático. Esto a su vez libera adrenalina y otros componentes químicos asociados a los ataques al corazón. Otra posibilidad es que el frío hace a la sangre más espesa y viscosa, lo que aumenta el riesgo de infarto.
Por ello, el experto recomendó a las personas mayores con diabetes o hipertensión evitar cambios radicales de temperatura para minimizar el riesgo. Lo que implica llevar ropa adecuada cuando se pasa de una temperatura cálida en un lugar de interior al frío exterior.