La Contraloría General de la República concluyó mediante un oficio presentado el último miércoles, que el secretario general del Despacho Presidencial, Jorge Alva Coronado, no cuenta con la experiencia mínima para asumir esta función.
“Ha sido designado sin acreditar la totalidad de requisitos de la experiencia mínima para el cargo, situación que pone en riesgo la idoneidad de los actos administrativos emitidos durante el ejercicio del cargo”, se lee en el documento.
Alva Coronado es economista y asumió la secretaría general del Despacho Presidencial el 15 de marzo último en reemplazo de Beder Camacho. En su hoja de vida, consignó haber desempeñado diferentes cargos de alta dirección. No obstante, al momento de contrastar dicha información, el órgano de control pudo advertir que no cumplía con los 5 años de experiencia requerida.
La normativa indica que para asumir un cargo como el que Alva ostenta actualmente, se debe contar con “cinco años de experiencia específica en puestos o cargos de directivo o de nivel jerárquico similar en el sector público o privado”.
CARGOS Y EXPERIENCIA
Los puestos ocupados por Alva Coronado y que fueron validados por la dirección de Recursos Humanos del Despacho Presidencial, se encuentra el de subgerente de Planeamiento y subgerente de Promoción de la Inversión de la Municipalidad de Jesús María, por 5 y 7 meses respectivamente; además de jefe de la sub-oficina de Recursos Humanos del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), por poco más de un año; administrador de campamentos en la empresa Tinka Resources S.A.C. y gerente de administración de la librería imprenta JV EIRL. Había acreditado ante la oficina de Recursos Humanos, 5 años, 7 meses y 9 días de experiencia específica, es decir, en puestos similares al que asumiría.
El órgano de control validó el tiempo laborado en la municipalidad de Jesús María, pero también verificó que Alva solo tenía 4 meses de experiencia como jefe de la sub-oficina de Recursos Humanos de Osinfor y no un año como lo había consignado. En tanto, los puestos que asumió en las otras entidades tanto públicas como privadas, no fueron considerados por lo siguiente: “No se acredita que las funciones desempeñadas resulten de colaboración directa o indirecta a aquellas ejercidas por un funcionario público (...) que haya influido o coadyuve de forma directa o indirecta a las funciones ejercidas por la Dirección o Ejecutivos del empleador o que el cargo ocupado constituya uno de directivo o de nivel jerárquico similar”.
Otros cargos presentados fueron el de consultor FAG de la secretaría general del Despacho Presidencial entre el 2013 y 2014 y gerente de administración de Editorial Los Reyes entre abril y agosto del 2020. En ninguno de los casos se pudo validar la experiencia.
El informe fue remitido al presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, para que se corrija la decisión adoptada.
CUESTIONAMIENTO
Antes de ejercer funciones en el Despacho Presidencial, Alva Coronado había desempeñado el rol de consultor de la Oficina de Apoyo a la primera dama Lilia Paredes.
Desde el Congreso, en marzo pasado, ya se había solicitado reevaluar su nombramiento. Lo hizo la legisladora por Avanza País, Norma Yarrow, quien, a través de un oficio remitido al presidente de la República, solicitó reconsiderar la designación luego de que se conociera una denuncia de agresión interpuesta por la esposa de Alva en el 2013.