En exclusiva, un equipo de Panorama llegó al corazón de la provincia de Pataz, en la región La Libertad, para constatar cómo el crimen organizado continúa ganando terreno en medio de la creciente fiebre por el oro. Nuestro reportero Luis Vargas ingresó a las profundidades de la Minera Poderosa, donde las rutas de la minería formal y la ilegal se cruzan, revelando un preocupante escenario de violencia, atentados y muerte a manos de mafias que operan con total impunidad.
Acompañado de personal de seguridad, Luis Vargas descendió más de dos kilómetros por los túneles de la empresa minera. Según testimonios, los delincuentes ingresan por socavones clandestinos conectados a la infraestructura formal para asaltar a los trabajadores y apoderarse del oro extraído legalmente. Esta peligrosa práctica ha desencadenado ataques constantes, que han dejado víctimas mortales y graves daños, como la destrucción de torres de alta tensión.
“Se nos hace muy complicado trabajar aquí porque están los mineros informales y corremos el riesgo de perder la vida. Todos los días estamos inseguros y pensamos si saldremos con vida de la mina o no”, relató un trabajador a Panorama, visiblemente afectado por los recientes ataques a la minera. La sensación de inseguridad crece en esta zona de Pataz, donde los empleados enfrentan diariamente las amenazas de grupos armados sin que las autoridades hagan algo por recuperar la seguridad.
REDES CRIMINALES EN PATAZ
Según datos de la Minera Poderosa, existen más de 400 socavones ilegales, lo que confirma la presencia extendida de redes criminales. Entre las organizaciones señaladas están “Los Pulpos” y “La Jauría”, bandas que ya venían operando en otras zonas de La Libertad, región que ocupa el cuarto lugar en el país con mayor presencia de minería ilegal. La situación en Pataz se ha convertido en un reflejo del avance del crimen en zonas estratégicas y de alto valor económico.