A tan solo unas millas de cruzar el umbral de las aguas internacionales, una embarcación pesquera cargada con más de una tonelada y media de clorhidrato de cocaína fue intervenida por agentes de la Dirección Antidrogas (Dirandro) y efectivos de la Marina de Guerra del Perú. La operación se realizó a 175 millas náuticas del litoral norte peruano, cerca de la frontera marítima con Ecuador, en un punto del océano donde ya no hay presencia estatal y la impunidad acecha.
La nave intervenida, identificada como Frank Jr., había zarpado desde el puerto de Paita, en Piura, bajo la apariencia de una faena pesquera artesanal. Sin embargo, la estructura del barco había sido adaptada especialmente para el transporte de droga a gran escala. Las autoridades hallaron un total de 1,740 kilogramos de cocaína de alta pureza, almacenada en paquetes ocultos con logos distintivos como “Moto GP”, “777” y “XXX”, señales propias de organizaciones criminales transnacionales.
Cargamento millonario con destino internacional
En la intervención se detuvo a cinco personas: tres peruanos, un colombiano y un venezolano. Este último, exintegrante de la marina mercante de su país, contaba con conocimientos avanzados en navegación, lo que sugiere que su rol fue clave para alcanzar zonas marítimas donde el control legal se disipa. Según las autoridades, se presume que el cargamento tenía como destino final puertos de Europa o Estados Unidos, donde su valor podría superar los 60 millones de dólares.
El decomiso representa el mayor golpe al narcotráfico mar adentro registrado hasta la fecha en el Perú. Las imágenes difundidas por las fuerzas del orden muestran a los detenidos realizando tareas rutinarias de pesca para no levantar sospechas. Ahora enfrentan cargos por tráfico ilícito de drogas y fueron trasladados al Callao para continuar con el proceso judicial. Este operativo revela una vez más cómo las redes del narcotráfico cruzan fronteras y adaptan sus métodos para evadir la ley.
