El comandante general de la Policía Nacional, Víctor Zanabria, enfrenta serias acusaciones por parte de dos colaboradores eficaces, quienes lo vinculan con el presunto uso irregular de efectivos policiales para favorecer a empresas mineras en conflicto. Según testimonios obtenidos por el Ministerio Público y revelados por Panorama, Zanabria habría coordinado protección a mineros formales e informales en la convulsionada zona de Atico, en Arequipa.
Las declaraciones señalan que el entonces jefe de la Región Policial de Arequipa alertaba con anticipación a ciertos grupos antes de operativos policiales, lo que permitía su fuga. En este contexto, se menciona que, durante un conflicto entre la empresa Intigold Mining S.A. y el consorcio Calpa Renace, el general facilitó el uso de efectivos policiales como una suerte de “chalecos”, quienes protegían las tierras en disputa a cambio de pagos.
Además, los colaboradores eficaces sostienen que se simulaban ataques en la zona de conflicto para justificar la continuación del estado de emergencia, asegurando así la presencia policial constante. Esta estrategia, según las versiones entregadas al Ministerio Público, permitía a los beneficiarios mantener el control del territorio minero bajo resguardo de las fuerzas del orden, desplazando a sus rivales con apoyo de grupos armados enemigos.
ZANABRIA Y LA CRISIS EN PATAZ
A pesar de estas graves acusaciones, el general Víctor Zanabria sigue al mando de la Policía Nacional del Perú, ahora liderando operativos en la provincia de Pataz, tras la reciente masacre de 13 trabajadores mineros. La investigación fiscal avanza mientras crecen las dudas sobre la idoneidad de su liderazgo en medio de la lucha contra las mafias del oro ilegal en el país. Este caso se suma a otra denuncia que lo acusa de usar a policías como albañiles en Arequipa.