Han pasado cinco años desde la muerte de Alexandra Porras Inga y Carlos Campos Zapata en un local de McDonald's en Pueblo Libre. Ambos jóvenes murieron electrocutados mientras realizaban labores de limpieza debido a una fuga eléctrica en una máquina dispensadora de gaseosas. Ahora, el Ministerio Público ha solicitado prisión efectiva para los responsables de la tragedia, incluyendo al gerente general de Arcos Dorados, la empresa que opera la franquicia en Perú.
Según la Fiscalía, la empresa tenía conocimiento de la falla eléctrica, pero no tomó medidas para evitar el desastre. Un chat reveló que la máquina “Multiplex” presentaba un deficiente aislamiento, lo que causó que su carcasa estuviera energizada con niveles peligrosos de electricidad. En estas conversaciones internas de la empresa, altos directivos discutieron, días antes del fatal incidente, sobre la fuga eléctrica sin adoptar ninguna solución concreta.
El abogado de la familia Porras, José Ocampo, denunció que la compañía McDonald's intentó cerrar el caso con una indemnización, pero los padres de la joven Alexandra Porras Inga buscan justicia en lugar de dinero. “La vida no tiene precio”, señaló Ocampo en declaraciones a Panorama, destacando que el caso debería tipificarse como homicidio doloso, ya que los responsables conocían el peligro y no actuaron.
INFRACCIONES A LA SEGURIDAD
Por su parte, Sunafil también confirmó graves violaciones a las normas de seguridad laboral por parte de la empresa, que fue sancionada con una multa de más de 845,000 soles. Mientras el proceso legal avanza, la familia de las víctimas sigue exigiendo justicia y que los responsables sean castigados con las máximas penas por esta negligencia que tuvo un desenlace fatal.