Cada año, millones de consumidores se lanzan a buscar ofertas durante el Black Friday, pero no siempre encuentran gangas verdaderas. Expertos, creadoras de contenido y especialistas en neurociencia advierten que detrás de los grandes descuentos pueden esconderse prácticas engañosas que influyen en la conducta del comprador.
MARCAS QUE INFLAN PRECIOS
La creadora de contenido Alejandra Bogotá alertó en una entrevista que muchas marcas anuncian descuentos del 70%, pero previamente inflan los precios para simular rebajas. Su recomendación central es “hacer seguimiento al precio desde antes” y comparar entre distintas tiendas para evitar caer en falsos descuentos.
Otra influencer, conocida como Anchoesgratiss, explicó en TikTok que algunas empresas aumentan los precios semanas antes del Black Friday para luego “bajarlos” y crear una falsa percepción de ahorro. Puso como ejemplo una freidora cuyo valor fluctuó de forma irregular antes del evento, llegando a costar más durante el supuesto descuento.
¿CÓMO DETECTAR ENGAÑOS?
Para quienes desean verificar si una oferta es real, las especialistas recomiendan usar herramientas como Keepa.com, que permite consultar el historial de precios de productos en Amazon. De esta manera, los compradores pueden detectar incrementos previos y comparar días, semanas o meses.
Bogotá aconseja definir un presupuesto y elaborar una lista clara de compras para evitar gastos impulsivos que afecten la economía familiar. Además, sugiere considerar una estrategia poco habitual: esperar a que pase la temporada navideña, cuando los precios suelen bajar aún más y permiten ahorrar significativamente.
¿QUÉ HACEN LOS DESCUENTOS EN EL CEREBRO?
La psiquiatra Laura Villamil explicó que los descuentos activan en el cerebro áreas asociadas a la recompensa, como el estriado ventral y el núcleo accumbens, generando una sensación de satisfacción incluso antes de racionalizar la compra. Técnicas como electroencefalogramas y resonancias muestran que la exposición a marcas conocidas y mensajes atractivos refuerza la predisposición a adquirir productos.
Además, la especialista advierte que la presión social y el comportamiento de otros consumidores influyen directamente a través de las neuronas espejo, lo que favorece las compras por impulso. Durante periodos de descuentos agresivos, la liberación de dopamina hace que los compradores actúen emocionalmente y adquieran productos que no habían planeado.



