Un crimen atroz conmocionó a la localidad de Pichari, en la provincia cusqueña de La Convención. La profesora Aydé Sosa Figueroa y el ingeniero Prider Jesús Quintanilla Mendoza fueron hallados sin vida en una finca del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), donde habían llegado para realizar una inspección.
LOS TORTURARON
Según fuentes policiales, ambos partieron desde Huamanga, Ayacucho, rumbo al VRAEM con el objetivo de verificar el estado del terreno que pertenecía a la docente. Ella habría alquilado dicha propiedad a terceros, quienes, de acuerdo con las primeras pesquisas, habrían instalado en el lugar un laboratorio clandestino de drogas.
La profesora y el ingeniero llegaron hasta la comunidad de San Gerónimo para exigir explicaciones, sin embargo, no volvieron a ser vistos con vida. El último domingo, Día de la Madre, sus cuerpos fueron hallados por integrantes de los comités de autodefensa de Zona 28 Tambo del Ene y Nuevo Progreso.
De acuerdo con la necropsia, el ingeniero Quintanilla murió a causa de traumatismo encéfalo craneano, fractura de base de cráneo y hemorragia intracraneana, producto del impacto con un objeto contundente. En el caso de Aydé Sosa, el informe médico determinó que falleció por asfixia mecánica, sumada a una fractura craneal.
Representantes del Ministerio Público y efectivos de la Policía Nacional acudieron al lugar para realizar el levantamiento de los cuerpos e iniciar las investigaciones. Las autoridades no descartan que el crimen esté vinculado al narcotráfico que opera en la zona.