Un secuestro de militares del Ejército del Perú, se produjo en la zona del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), específicamente en el Centro Poblado de Nueva Libertad, en el distrito de Vizcatán del Ene en Satipo, localizado en la región Junín.
De acuerdo a información oficial, los pobladores de la localidad retuvieron a tres integrantes de inteligencia de la Base Contrasubversiva de Mazángaro, en respuesta a una serie de eventos que terminaron con la muerte de Abdón Zárate, un líder comunal de la población vecina, Nueva Esperanza.
Según declaraciones de Janet Sánchez, viuda del dirigente, su esposo fue confundido con un narcotraficante por una patrulla militar. Zárate, según las afirmaciones de su esposa, era un agricultor, respetado en la localidad por su dedicación y compromiso con las comunidades adyacentes, informó La República.
En razón de este incidente, Sánchez presentó una denuncia contra las autoridades militares. Como consecuencia de este suceso, los residentes de Nueva Libertad detuvieron a los militares presuntamente culpables: el capitán EP Héctor Valenzuela Ávila y los suboficiales Luis Mercado Palacios y Regner Oteo Sotomayor.
REUNÍAN INFORMACIÓN
Los militares se encontraban en la zona para reunir información sobre el grupo narcoterrorista del denominado “Partido Militarizado Comunista del Perú” (MPCP), que está involucrado en la cosecha de coca para el narcotráfico.
El conflicto escaló cuando los residentes identificaron a los militares y avisaron al Comité de Autodefensa local. El comité, tras cercar a los militares, decidieron retenerlos en la casa comunal. Esta situación se hizo más tensa cuando residentes de comunidades vecinas se unieron a la protesta, exigiendo la identificación de los militares y advirtieron posibles medidas drásticas.
En respuesta a la creciente tensión, el general EP Miguel Gonzales Bojórquez, jefe del Comando Especial Vraem (CEVRAEM), solicitó la intervención de la Policía Nacional para rescatar a los efectivos en peligro. Sin embargo, los habitantes de Nueva Libertad mostraron recelo a dialogar con las autoridades militares.
La llegada de una patrulla policial y el fiscal antidrogas de Mazamari, Luis Calsín Canaza, dio lugar a una mesa de diálogo que puso paños fríos a la situación. Por su parte, los residentes de Nueva Libertad, quienes habían sufrido bombardeos previos en la zona, tuvieron la oportunidad de expresar sus reclamaciones ante las fuerzas militares.
Tras las negociaciones, se liberó al capitán EP Héctor Valenzuela y los suboficiales Mercado y Oteo. La liberación de los efectivos militares se condicionó a la firma de un acta de compromiso, en la cual se establece que no atentarán contra los residentes de la región. Posteriormente, los militares fueron trasladados a la base del CE VRAEM en Pichari, La Convención, Cusco. Los líderes de la comunidad alertaron que adoptarán medidas adicionales si no se incumple el acuerdo.
