En la ciudad de Cajamarca, las rondas campesinas siguen vigilantes ante cualquier acto de delito, por más mínimo que sea. En esta ocasión, castigaron a un albañil por presuntamente haber robado un trompo de construcción a su patrón.
Fue la misma dueña de este material de obras que le propinó a este supuesto hampón cinco chicotazos haciéndole retorcer de dolor.
VELAN POR LA SEGURIDAD DE SU COMUNIDAD
Por último, los ronderos devolvieron este objeto a su dueño y aseguraron que seguirán cuidando a la comunidad para que no se cometan más asaltos.