Unas 200 personas, entre familiares, músicos y amigos, acudieron al sepelio del reconocido artista Jhoel Rudy Palomino Ninahuanca (29). Pese a la cuarentena, muchos, entre lágrimas y muestras de pesar, acompañaron el ataúd desde su velatorio hasta el cementerio.
Pese a que los policías pedían a los asistentes regresar a sus viviendas ya que estaban prohibidas las aglomeraciones por el coronavirus, nadie hizo caso, el joven artista, integrante de la banda Sinfonía Junín, fue enterrado en el cementerio general de Huamalí.
El artista falleció el último sábado de un paro cardiaco, trabajó en importantes agrupaciones musicales y era reconocido por su labor social a favor de las familias vulnerables, por ello muchos no dudaron en acompañarlo hasta su última morada con riesgo de ser detenidos.