Los resultados en los encuentros futbolísticos repercuten en la salud física y mental de muchos hinchas. “Para algunos puede ser un juego más, pero el hincha lo vive y siente de manera distinta y está comprobado, por ejemplo, su sistema de recompensa a nivel cerebral agarra, dos o tres veces más, dopamina y adrenalina, que cualquier otra persona”, explica el Dr. Carlos Vera, médico psiquiatra del hospital de Emergencias Grau de EsSalud.
Esto explica que las emociones del hincha, en muchas ocasiones, se vean desbordadas por falta de autocontrol, pero esta situación puede causar daños físicos y emocionales en su organismo. “No saber manejar las emociones puede producir un problema cardiovascular irreversible, hipertensión arterial, un accidente cerebrovascular, problemas renales y gastro intestinales como diarreas o colon irritable”, detalla el especialista.
Desde el punto de vista emocional, pueden juntarse sentimientos de ira, confusión, irritabilidad, ansiedad, depresión e ideas suicidas. El Dr. Vera, brinda algunas recomendaciones para controlar y manejar nuestras emociones en este contexto:
- Primero, reconocer que uno se exalta ante un partido de fútbol.
- Segundo, tomar la situación como lo que es, un juego.
- Tercero, recordar que no saber manejar nuestras emociones puede generarnos daños cardiovasculares, cerebrales o afectar otros órganos vitales.
El hincha que logre identificarse como tal y aprenda a gestionar sus emociones, se verá como una persona responsable. Muchos, incluso, evitan el exceso de alcohol etílico antes y durante el partido ya que, el escenario dentro de un estadio de fútbol, puede ser el origen de disturbios, intranquilidad e inseguridad.
“Recordemos que en la puerta del estadio, momentos previos o al finalizar el encuentro, se vive un ambiente de histeria colectiva donde la imitación de la conducta grupal puede provocar escándalos y desmanes, la decisión de separarse de aquel grupo debe ser oportuna para evitar consecuencias”, recomienda el especialista.
Todo hincha debe recordar que el fútbol o cualquier otro deporte debe crear o fortalecer lazos entre amigos y familiares, debe ser un momento de disfrute que permita liberar las endorfinas o también llamadas “hormonas de la alegría”, para ayudar a reducir el dolor e incrementar el bienestar social.