Una reciente investigación de El Comercio puso al descubierto una cruel práctica que involucra a perros y toda una red para entrenarlos de manera agresiva con diferentes objetivos: peleas clandestinas, usarlos como herramientas para robar, incluso por diversión. Pero esta perversa práctica ha ido más allá, pues se descubrió que inescrupulosos roban perros para usarlos en entrenamientos con el animal luchador, esto es conocido como ‘sparring’.
El informe de Juan Pablo León de El Comercio señaló que diversos testimonios revelan la existencia de esta práctica. Los animales usados para el 'sparring' son robados de refugios o de casas, como el caso de un joven en Comas que aseguró que su mascota fue raptada y utilizada para este fin.
“Ese sujeto hacía pelear a su perro pitbull con el mío que era pequeño. Tengan cuidado si ustedes tienen perro y desaparecen, o aparezcan muertos. No necesariamente es por atropello. También hay muchos casos de sparring”, señaló el joven Edinson Acharte, quien es también educador de perros en su escuela de rehabilitación EduCanino.
RED EN AUMENTO
De acuerdo a Acharte, perros de raza pitbull o dogo argentino no nacen con un comportamiento violento, pero esta red de personas dedicadas al negocio de las peleas aplica un proceso largo y planificado para que estos animales activen su instinto depredador.
"Ese sujeto hacía pelear a su perro pitbull con el mío que era pequeño. Tengan cuidado si ustedes tienen perro y desaparecen, o aparezcan muertos. No necesariamente es por atropello. También hay muchos casos de sparring”, explicó Edinson.
En nuestro país existen varias páginas web que promocionan métodos de entrenamiento forzoso y estimulantes musculares para los interesados en las peleas de perros, para acceder se debe manejar ciertos códigos pues este tipo de prácticas están prohibidas, pero se siguen compartiendo con toda impunidad.
Cabe destacar que estos animales no tienen una vida normal una vez que el entrenamiento agresivo concluye, pues todos se convierte en una presa para ellos, así sean adultos, ancianos, niños, por lo que muchos son sacrificados, o en el mejor de los casos conviven con enfermedades degenerativas por el resto de sus vidas por el exceso de anabólicos.
Con información de El Comercio