Desde su fundación hace más de 400 años, la capital se ha caracterizado por la gran cantidad de iglesias que alberga su casco viejo, lo que la llevó a ser llamada ciudad monasterio.
Al igual que otras ciudades del mundo, Lima, no es ajena a las diversas actividades que se realizan por Semana Santa y ello se ve reflejado en las procesiones que recorren y engalanan su Centro Histórico.
El Ministerio de Cultura declaró el año pasado como Patrimonio Cultural de la Nación a la Semana Santa del Centro Histórico de Lima, por tratarse de una celebración que congrega a vecinos de diversos barrios y que se sienten representados en la conmemoración de esta fecha.
Muchas de las tradiciones católicas que trajeron los españoles se han mantenido con el pasar de los siglos, evidentemente sin las fastuosidad de épocas anteriores, pero sí con la misma esencia que es la fe de su pueblo.
Un claro ejemplo son las cofradías, los cuales están conformadas por un grupo de personas que no solo están a cargo que se mantenga viva la devoción de una imagen de Cristo, la Virgen María o algún santo, sino también de todos los preparativos de la figura para que salga a la procesión en Semana Santa.
En la capital, una de las más antiguas y que data del siglo 16 es la Archicofradía de la Vera Cruz, quienes salen los Viernes Santo de cada año con su Cristo Yacente y su Virgen Dolorosa.
Paralelamente, ese mismo día, también sale a recorrer las calles del Damero de Pizarro la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con su Cristo del Descendimiento, figura del barroco limeño atribuido al escultor español Pedro de Noguera (1620), y Nuestra Señora de la Soledad.
Días previos salen en recorrido procesional imágenes que representan la vida y pasión de Cristo desde iglesias como la de Nuestra Señora de la Merced, Trinitarias, Santa Clara, Nuestra Señora del Carmen, Mercedarias, Nazarenas, por mencionar algunos.
A estas jornadas también se suma el Sermón de las Siete Palabras, una actividad nacida en la capital y que fue instaurada por el sacerdote jesuita Francisco del Castillo en 1660. Dicha costumbre fue continuada por Alfonso Messia Bedoya, discípulo del padre Del Castillo.
Ya con el pasar de los años, este acto llegó a diversas partes del mundo católico, incluyendo la Ciudad del Vaticano, donde el sermón es realizado por el papa.
La Semana Santa del Centro Histórico de Lima culmina en la catedral con el Domingo de Resurrección, donde se realiza una misa con la presencia de figuras como la Virgen de la Alegría, el Cristo Resucitado, Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, quienes salen en procesión por la plaza de armas para bendecir a los feligreses y despedirse de ellos hasta el próximo año.