La aparición del nitaceno, un opioide sintético de origen chino y con una potencia muy superior al fentanilo, encendió las alarmas sanitarias y de seguridad en Argentina y Brasil. Autoridades de ambos países advirtieron sobre el riesgo inminente de expansión de esta droga en Sudamérica, tras detectarse un aumento significativo de incautaciones y alertas por sobredosis fatales en otros mercados internacionales.
Brasil se convirtió en el principal foco de preocupación regional luego de que la Policía del Estado de São Paulo informara que entre julio de 2022 y abril de 2023, el 95% de los opioides incautados contenían nitacenos. En la mayoría de los casos, la sustancia fue hallada mezclada con otras drogas, aunque en casi un tercio de las incautaciones apareció en estado puro, lo que confirma que dejó de ser solo un adulterante para transformarse en droga principal dentro del mercado ilegal.
El impacto del nitaceno ya fue documentado en Estados Unidos, Canadá y México, donde se lo vincula con un elevado número de muertes por sobredosis. Especialistas advierten que este opioide puede provocar depresión respiratoria fulminante y muerte en dosis mínimas, lo que lo convierte en una de las amenazas más graves entre las nuevas drogas sintéticas que circulan a nivel global.
ALERTA MÁXIMA EN SUDAMÉRICA
Para Argentina, el avance del nitaceno representa un riesgo directo debido a las rutas de tráfico que conectan Brasil con Paraguay y el noreste argentino. Ante este escenario, el Ministerio de Seguridad actualizó los listados de estupefacientes y precursores químicos, y reforzó los sistemas de alerta temprana, controles fronterizos, análisis de laboratorio y monitoreo del comercio electrónico para impedir su ingreso al país.
El isonitaceno, la variante más frecuente, puede ser entre 250 y 900 veces más potente que la morfina, mientras que otros análogos alcanzan una potencia hasta 4.300 veces superior. A diferencia del fentanilo, los nitacenos no cuentan con un tratamiento eficaz para revertir una sobredosis, lo que incrementa su letalidad y mantiene en alerta a las autoridades sanitarias y de seguridad de la región.



