Tras 25 años de negociaciones, el acuerdo UE-Mercosur enfrenta uno de sus momentos más decisivos, marcado por protestas callejeras, tensiones políticas y advertencias cruzadas entre Europa y Sudamérica.
Alrededor de diez mil manifestantes, en su mayoría agricultores, bloquearon este jueves varias calles del centro de Bruselas para rechazar la firma del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, prevista para este sábado en Foz do Iguaçu, Brasil. Las protestas coincidieron con la cumbre de líderes europeos, que debaten si otorgan el respaldo político necesario para concretar el pacto, impulsado por la Comisión Europea y los países sudamericanos del bloque.
PRESIÓN EN LAS CALLES
Los agricultores europeos expresaron su rechazo al acuerdo ante el posible ingreso masivo de carne, arroz, miel y soja provenientes de Sudamérica, productos que consideran más competitivos por las diferencias en las normas de producción. Cientos de tractores ingresaron a la capital belga como muestra del malestar del sector. “Estamos aquí para decir no al Mercosur”, declaró el ganadero belga Maxime Mabille, quien acusó a la Unión Europea de intentar imponer el pacto sin escuchar al campo.
EUROPA DIVIDIDA
El acuerdo, que daría lugar a la mayor zona de libre comercio del mundo, requiere el aval de una mayoría cualificada de Estados miembros. Sin embargo, Francia, Italia, Polonia y Hungría se oponen o piden aplazar la firma. El presidente francés Emmanuel Macron afirmó que el pacto no puede aprobarse en las condiciones actuales, mientras que la primera ministra italiana Giorgia Meloni sostuvo que aún faltan salvaguardias para proteger a los agricultores de su país.
En contraste, España, Alemania y los países nórdicos respaldan el acuerdo como una herramienta clave para impulsar las exportaciones europeas frente a la competencia china y un escenario internacional cada vez más proteccionista. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defendió el pacto al señalar que el Mercosur representa un mercado potencial de 700 millones de consumidores.
Desde Brasil, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva elevó la presión sobre la Unión Europea al advertir que, si el acuerdo no se firma ahora, su país no buscará nuevos pactos comerciales mientras él permanezca en el poder, dejando el futuro del acuerdo UE-Mercosur en un punto de máxima incertidumbre.


