Durante casi un siglo, la materia oscura ha sido uno de los mayores enigmas del cosmos: invisible, intangible y solo perceptible por sus efectos gravitacionales. Sin embargo, un nuevo análisis del Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi de la NASA, realizado por el profesor Tomonori Totani de la Universidad de Tokio, podría haber detectado el primer rastro directo de esta sustancia que domina el universo. El estudio, publicado en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics, ha generado un enorme interés en la comunidad científica.
HUELLA ENERGÉTICA DONDE ANTES HABÍA SILENCIO
Totani analizó los datos del telescopio y encontró una señal de rayos gamma cercana a los 20 gigaelectronvoltios que se extiende en forma de halo hacia el centro de la Vía Láctea, coincidiendo con los patrones teóricos de materia oscura WIMP (Partículas Masivas de Interacción Débil). Según su hipótesis, esta energía sería producto de la aniquilación entre dos de estas partículas, liberando fotones de alta energía, tal como predecían los modelos más aceptados.
De confirmarse, este sería el primer indicio directo de la materia oscura, una sustancia que representa el 27% del universo, frente al5 % de la materia visible. “Si esto es correcto, sería la primera vez que la humanidad ha ‘visto’ materia oscura”, afirmó Totani, quien considera que el hallazgo marcaría “un gran avance para la física y la astronomía modernas”.
HALLAZGO PROMETEDOR
A pesar del entusiasmo, Totani y otros investigadores insisten en la necesidad de verificar la señal en otras regiones del universo, como las galaxias enanas cercanas, donde la materia oscura también debería concentrarse. El desafío radica en diferenciar esta posible huella de fenómenos astrofísicos comunes como supernovas o púlsares, que también emiten rayos gamma.
Expertos como Justin Read, de la Universidad de Surrey, y Kinwah Wu, del University College London, reconocieron la relevancia del hallazgo, pero recordaron que “una afirmación extraordinaria requiere pruebas extraordinarias”. Aun así, el descubrimiento abre una nueva etapa en la exploración del universo, donde la materia oscura podría pasar de ser un misterio teórico a una realidad observable.


