La policía francesa detuvo a cinco nuevos sospechosos por el millonario robo de joyas ocurrido el pasado 23 de octubre en el Museo del Louvre, en París. Pese al avance en las investigaciones, las piezas robadas —valuadas en más de 100 millones de dólares— siguen sin ser halladas.
El asalto, ejecutado en pleno día, fue comparado con una escena de Ocean’s Eleven por su nivel de planificación. Los ladrones utilizaron una grúa montada en camión para acceder al museo y luego escaparon en motocicletas sin ser detectados por el sistema de seguridad.
SIETE DETENIDOS EN TOTAL
Uno de los primeros detenidos fue arrestado el 25 de octubre en el Aeropuerto Charles de Gaulle, mientras que otro fue capturado en su vivienda en Aubervilliers, al norte de París. Los cinco nuevos arrestos se produjeron el 29 de octubre, según informó la fiscal de París, Laure Beccuau.
“Las búsquedas realizadas durante la noche no permitieron encontrar las joyas”, declaró Beccuau a RTL Radio, al tiempo que descartó la participación de personal del museo en el robo.
La fiscal también advirtió que las joyas robadas “ya no pueden ser vendidas” y pidió a los involucrados que las devuelvan. “Quien las compre será culpable de encubrimiento de bienes robados. Aún están a tiempo de devolverlas”, sentenció.
Por su parte, la directora del Louvre, Laurence des Cars, reconoció ante el Senado francés que el sistema de vigilancia del museo es obsoleto, lo que habría permitido a los delincuentes operar sin ser detectados.
El paradero de las joyas continúa siendo un misterio, mientras las autoridades francesas mantienen bajo reserva los detalles de la búsqueda y las identidades de los implicados.
 
     
                         
									 
                	 
									


