La crisis política que estremecía a Madagascar desde septiembre tuvo este martes un desenlace definitivo: los militares tomaron el poder, confirmando el golpe de Estado que pone fin al mandato del presidente Andy Rajoelina, de 51 años. “Hemos tomado el poder”, declaró el coronel Michael Randrianirina en la radio nacional, tras encabezar la insurrección de una unidad de élite que se negó a continuar reprimiendo a los manifestantes del movimiento juvenil conocido como Gen Z, protagonistas de las mayores protestas en la isla en más de una década.
REVUELTA QUE ENCENDIÓ A UNA GENERACIÓN
Desde el 25 de septiembre, miles de jóvenes malgaches, sin líderes definidos y organizados a través de redes sociales, salieron a las calles bajo el lema “Leo Délestage” (“Hartos de los cortes de luz”). Las marchas, inicialmente pacíficas, denunciaban los apagones constantes, la corrupción gubernamental y el aumento del costo de vida. Madagascar, pese a su riqueza en recursos naturales como vainilla, madera y minerales, sigue siendo uno de los países más pobres del mundo, con un 70% de su población bajo el umbral de pobreza.
La represión policial, que dejó al menos 22 muertos, encendió la chispa final que precipitó el colapso del gobierno. En medio del caos, la Asamblea Nacional votó por destituir al mandatario, mientras este intentaba disolverla por decreto desde un lugar desconocido tras huir del país con ayuda de Francia.
EL FIN DE UNA ERA
Randrianirina anunció la disolución de todas las instituciones, excepto el parlamento, y prometió restablecer el orden “en nombre del pueblo”. La comunidad internacional, incluida la Unión Africana y el presidente francés Emmanuel Macron, pidió respetar el orden constitucional, aunque sus llamados no frenaron la intervención militar.
El golpe revive un episodio familiar: en 2009, la misma unidad militar Capsat que hoy encabeza la insurrección fue la que derrocó al expresidente Marc Ravalomanana, allanando el camino para la llegada al poder del propio Rajoelina. Hoy, 16 años después, la historia se repite: quienes lo impulsaron al gobierno, fueron quienes firmaron su caída.