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Hace 3 horas

Conoce la historia de Sylvia Bloom, la mujer que se volvió millonaria imitando las inversiones que hacían sus jefes

La secretaria neoyorquina dejó en herencia 6,24 millones de dólares para financiar programas académicos de jóvenes de bajos recursos.

Conoce la historia de Sylvia Bloom, la mujer que se volvió millonaria imitando las inversiones que hacían sus jefes

La secretaria neoyorquina dejó en herencia 6,24 millones de dólares para financiar programas académicos de jóvenes de bajos recursos.




Sylvia Bloom, quien trabajó por casi siete décadas como secretaria en el bufete Cleary Gottlieb Steen & Hamilton, llevó una vida sin lujos, aunque había construido en silencio una fortuna millonaria. Un recuerdo que la describe, según su sobrina Jane Lockshin, ocurrió tras los ataques del 11 de septiembre de 2001: “No a un taxi; a un autobús”, aclaró Bloom cuando le recomendaron volver a casa. Esa elección cotidiana reflejaba su carácter sencillo, pese a los millones que había acumulado.

Un método discreto para invertir

Bloom nació en Brooklyn en 1919, hija de inmigrantes de Europa del Este, y creció durante la Gran Depresión. En 1947 se incorporó al despacho de abogados que más tarde alcanzaría fama internacional. Allí ideó una estrategia particular: mientras ejecutaba las órdenes de inversión de sus jefes, hacía lo mismo para sí misma, pero en menor escala. “Cuando el jefe quería comprar acciones de AT&T, ella llamaba a su corredor y compraba unas pocas para ella”, explicó Lockshin en la BBC.

La secretaria legal, que siempre lamentó no haber estudiado derecho, se casó con Raymond Margolies, bombero y luego maestro. Ninguno de sus allegados supo nunca que había invertido sistemáticamente durante décadas. Tras la muerte de su esposo en 2002, Bloom continuó viviendo en un apartamento modesto de Brooklyn, manteniendo su vida privada lejos de cualquier signo de ostentación.

La herencia inesperada

El secreto salió a la luz después de su fallecimiento en 2016, cuando su sobrina comenzó a revisar los documentos sucesorios. “Fue un momento de ‘¡oh, dios mío!’”, confesó Lockshin, al descubrir que la herencia superaba los 9 millones de dólares. La mayor parte de esa suma fue destinada a instituciones educativas y sociales. “Sabía que quería dejar la mayor parte de su patrimonio a obras benéficas”, recordó.

La donación más significativa alcanzó los 6,24 millones de dólares, entregados a la organización Henry Street Settlement, en el Lower East Side de Nueva York. Su director en la época, David Garza, admitió que todos quedaron “boquiabiertos, simplemente impresionados” por la magnitud del gesto. Otros dos millones fueron distribuidos entre diferentes instituciones benéficas.

Con el aporte se creó el fondo Bloom-Margolies, en memoria de la secretaria, su esposo y su hermana. Según la fundación, este programa “atiende a estudiantes desde noveno grado hasta la finalización de la universidad”, ofreciendo tutoría, orientación académica y acompañamiento hasta obtener el título. “Debido al tamaño de la donación, se creó un fondo de dotación para financiar becas de forma permanente”, informó la entidad.

La sobrina de Bloom asegura que su tía no habría disfrutado la atención mediática posterior. “Se avergonzaría. Lo odiaría”, comentó en una entrevista en 2018. Sin embargo, agregó que Bloom seguramente habría aceptado la cobertura porque “la atención prestada a su fondo de becas y a las organizaciones que reciben sus fondos sería beneficiosa para las organizaciones”.


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