La noticia fue confirmada por The New York Times. Redford murió mientras dormía, cumpliendo su deseo de partir en silencio tras más de una década retirado de la vida pública. Con su muerte se apaga una de las estrellas más influyentes del séptimo arte.
UN ÍCONO DE HOLLYWOOD
Robert Redford nació en Santa Mónica en 1936 y comenzó su carrera en Broadway antes de dar el salto a la gran pantalla. Su consagración llegó con Dos hombres y un destino (1969), junto a Paul Newman, con quien también protagonizó El golpe (1973), consolidando una de las parejas más memorables de Hollywood.
En las décadas de 1970 y 1980 protagonizó películas emblemáticas como Tal como éramos (1973), Todos los hombres del presidente (1976) y Memorias de África (1985), cinta que obtuvo siete premios Oscar y reafirmó su estatus como una de las grandes figuras del cine mundial.
DIRECTOR PREMIADO Y PROMOTOR DEL CINE INDEPENDIENTE
Además de su carrera como actor, Redford brilló como director. En 1980 debutó con Ordinary People, filme que le valió el Oscar a mejor director. Posteriormente dirigió títulos como El río de la vida (1992) y El hombre que susurraba a los caballos (1998).
Su mayor contribución al séptimo arte fue la creación del Instituto Sundance y, más tarde, del Festival de Sundance, convertido en la principal vitrina mundial del cine independiente. “Queríamos dar voz a quienes no tenían espacio en la gran industria”, explicó en su momento.
VIDA PERSONAL
Redford estuvo casado en dos ocasiones y fue padre de cuatro hijos. La muerte temprana de su primogénito, Scott, y en 2020 la de James, su tercer hijo, marcaron profundamente su vida personal. Desde 2009 compartía su vida con la pintora alemana Sibylle Szaggars en su rancho de Utah.
Su última aparición en cine fue en Avengers: Endgame (2019), antes de anunciar su retiro definitivo. Desde entonces, vivió discretamente, dedicado a la naturaleza y al arte.
Robert Redford deja una filmografía esencial, un festival que cambió las reglas del cine y un activismo medioambiental que lo acompañó hasta el final. Meryl Streep, su compañera en Memorias de África, lo recordó con emoción: “En la toma cinco ya estaba tan enamorada...”.
Con su partida, el cine pierde a un mito, pero sus películas y el espíritu de Sundance seguirán contando quién fue y lo que representó en la historia cultural del siglo XX.