
En los últimos años, nuevamente volvió a primer plano las predicciones realizadas en 1972 por científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), tras utilizar un sofisticado programa de computadoras, quienes señalaron que la búsqueda permanente del crecimiento económico de empresarios y países, sin tener en cuenta los altos costos ambientales, llevaría a la humanidad al colapso a mediados del siglo XXI.

“Alrededor de 2020, la condición del planeta se vuelve muy crítica. Si no hacemos nada al respecto, la calidad de vida se reduce a cero”, dijo Jerry Foster, uno de los científicos del MIT, en una entrevista televisiva en 1973, cuando se difundieron los resultados del estudio, que sustentaba los riesgos del colapso de las civilizaciones en el planeta tierra, afirmación que muchos, en su momento, restaron credibilidad.

Más de 50 años después, Gaya Herrington, responsable de análisis de sistemas dinámicos y de sustentabilidad en KPMG, asumió la tarea de probar o refutar las afirmaciones del MIT y utilizó para ello un modelo de simulación mundial que analizó exhaustivamente cómo nuestro mundo ha progresado desde 1972, y si esos avances fueron positivos o tuvieron costos medioambientales muy altos.

Durante su investigación, Herrington analizó 10 variables clave, como la población, producción industrial, pandemias, falta de recursos naturales, alimentación, contaminación, etc., determinando que nuestra mentalidad de negocios como siempre provocará al final una disminución del crecimiento económico en la década de 2030, y que la situación empeoraría terriblemente para 2040.

El MIT hizo su predicción usando un programa informático llamado “World1” y, remontándose hasta 1900, lanzó predicciones hasta el año 2060. Los datos obtenidos, y publicados por el Club de Roma, mostraban cómo la población aumentó desde 1900 hasta el cambio de siglo. La línea comienza baja y luego sigue subiendo hasta unos años después del 2000, donde hasta que se agota.
Aunque la simulación de 1972 sugiere que la humanidad está condenada al fracaso total, el estudio de Herrington también da cierta esperanza: “el progreso tecnológico y una mayor inversión en servicios públicos podrían alejarnos del colapso”. Sin embargo, los seres humanos todavía tendremos que hacer un gran esfuerzo para cambiar el curso de la historia, argumenta.
Con información de National Geographic y de Perfil
