El juicio por la presunta mala praxis que habría causado la muerte de Diego Armando Maradona fue anulado este jueves por el Tribunal Oral de San Isidro. La decisión se tomó luego de la recusación de la jueza Julieta Makintach, quien fue señalada por participar activamente en un documental sobre el propio juicio que aún se encontraba en curso. El hecho fue calificado como una violación al principio de imparcialidad por parte del tribunal.
JUEZA CUESTIONADA
El juez Maximiliano Savarino, uno de los dos magistrados restantes tras la recusación, explicó que “la intervención de la doctora Makintach determina la nulidad del debate”, al evidenciar una falta de objetividad e interés en el resultado del proceso. La jueza fue vista en el tráiler de la producción caminando por tribunales con música electrónica de fondo, además de aparecer en escenas privadas como parte del guion.
Tras esta medida, el juicio iniciado el 11 de marzo y que acumulaba ya 21 audiencias, deberá comenzar desde cero una vez que se sortee un nuevo tribunal, lo que podría demorar varios meses. Los acusados, entre ellos los médicos y enfermeros que asistieron a Maradona en sus últimas horas, estaban siendo juzgados por supuesta negligencia durante su internación domiciliaria en Tigre.
DOLOR FAMILIAR
La reacción de la familia del astro argentino no se hizo esperar. Dalma Maradona, hija mayor de Diego, calificó como “injusticia total” la anulación del juicio. “Es muy triste que por la responsabilidad de una persona el juicio haya retrocedido dos meses. Siento profunda vergüenza”, declaró en una entrevista televisiva. Además, cuestionó el enfoque ético del caso: “Acá no se discute si es legal hacer un documental, sino que una jueza permitió grabaciones en el tribunal”.
El juicio se centraba en siete profesionales de la salud, incluidos la psiquiatra Agustina Cosachov y el neurocirujano Leopoldo Luque, quienes enfrentaban cargos por la muerte de Maradona ocurrida el 25 de noviembre de 2020. La nulidad del proceso abre un nuevo capítulo judicial lleno de incertidumbre y prolonga el dolor de una familia que, cuatro años después, aún no encuentra justicia.