Sin lugar a dudas la historia conmocionó México. Una noche del 2006 Diego Santoy ingresó a la casa de un exnovia Erika Peña, y, una vez dentro, con un arma blanca, asesinó al pequeño Erik, de 7 años de edad. Tras ello, atacó a la trabajadora doméstica de la casa, identificada como Catalina Bautista, golpeándola en repetidas veces y amordazándola en el interior de uno de los baños.
Luego asesinó a la pequeña María Fernanda, de solo 3 años de edad, estrangulándola con un cordón, para después ir a la habitación de Erika, a quien reprochó el fin de la relación sentimental para acto seguido golpearla con un martillo y realizarse varios cortes con una navaja, dejándole heridas graves, creyéndola muerta se dio a la fuga, pero ella despertó horas después y lo denunció.
RECURSO DE AMPARO
Santoy Riveroll tenía planificado fugar a Guatemala lo más antes posible, sin embargo, fue detenido cuando se retiraba de su casa con una maleta. Tras un largo y mediático juicio, el joven fue encontrado responsable y condenado a 138 años de prisión. Durante el proceso, el muchacho negó haber asesinado a los niños y acusó a Erika de haberlo hecho por estar cansada de cuidarlos.
En 2020, un juez aceptó un recurso de amparo tramitado por los abogados de Santoy Riveroll, ordenando la anulación de la sentencia y la reposición de los careos. No obstante, en 2021 la Corte Suprema dictó sentencia definitiva en contra el muchacho, condenándolo a 71 años de prisión por doble asesinato e intento de homicidio en contra de su exnovia, con información de Perú 21.