Un estudio realizado por la Fundación iO ha revelado una alarmante estadística: más personas mueren cada año intentando tomar selfies que por ataques de tiburones. Este fenómeno, impulsado por la popularidad de las redes sociales, ha cobrado 379 vidas desde 2008, según la investigación.
Las causas más comunes de estas muertes incluyen caídas de grandes alturas, ahogamientos y accidentes en medios de transporte. Además, las naciones con mayores incidencias son India, Estados Unidos, Rusia y Brasil. "Es un problema emergente de salud pública que necesita atención inmediata", afirmó Manuel Linares Rufo, presidente de la Fundación iO a El País.
Los incidentes involucran a menudo situaciones de riesgo elevado, impulsadas por la búsqueda de la validación social a través de "likes" y comentarios en las plataformas digitales. "Las redes sociales premian los contenidos más extremos, lo que puede llevar a comportamientos peligrosos", explicó Liliana Arroyo, doctora en sociología al mismo medio español.
Casos recientes como el de la joven influencer Moe Sa Nay (14), que falleció en Birmania tras un accidente durante una selfie en una cascada, y Aanvi Kamdar (27), quien murió tras caer de un acantilado en India, ilustran la trágica tendencia. Inessa Polenko (39) también perdió la vida en un accidente similar en Georgia, Estados Unidos.
TOMAN MEDIDAS
Como medida preventiva, algunas ciudades han empezado a implementar restricciones específicas para reducir estos casos. Barcelona ha prohibido la toma de fotos y videos en escaleras mecánicas con vistas a la Sagrada Familia, y en Nueva York y California, se han establecido normativas en zoológicos y otros sitios de riesgo para disuadir la práctica de selfies en situaciones peligrosas.
