Una reciente investigación publicada en la revista Nature, señala que el deshielo en Groenlandia y la Antártida pueden haber reducido, con más rapidez que antes, la velocidad angular de la Tierra, es decir, la tasa de cambio de la posición angular respecto al tiempo.
El autor del estudio, Duncan Carr Agnew de la Universidad de California en San Diego (EE. UU.), mencionó que se trata de un hecho sin precedentes. "No es un gran cambio en la rotación de la Tierra que vaya a causar alguna catástrofe ni nada parecido, pero es algo notable. Es un indicio más de que estamos en una época muy inusual", explicó.
CAMBIOS EN EL TIEMPO
El Tiempo Universal Coordinado (UTC), que es la escala de tiempo coherente, normalizada y precisa, está fijada por los relojes atómicos (TAI), teniendo en cuenta el ritmo del ángulo de rotación de la Tierra (UTI), para ajustar ambos relojes ha sido necesario, en varias ocasiones desde 1972, añadir un segundo intercalar, es decir, hacer que un minuto en concreto dure 61 segundos.
Puede parecer poca cosa añadir un segundo, sin embargo, actualmente hay muchas actividades en la red que dependen de servidores con tiempos exactos, por ello el código que lleva la cuenta del tiempo en cada ordenador suele estar diseñado para manejar ese segundo extra ocasional.
Normalmente, la rotación de la Tierra ha tenido una tendencia a ser más rápida, sin embargo, para que los relojes atómicos estén lo más sincronizados posible, la comunidad internacional está evaluando usar un segundo intercalar en sentido negativo.
De hacerlo, sería la primera vez en la historia que se usaría un segundo intercalar en sentido negativo, por lo que será difícil de que todos los ordenadores interconectados del mundo puedan permanecer sincronizados.
CALENTAMIENTO GLOBAL
El estudio de Agnew revela que el calentamiento global ha provocado que el aumento del deshielo en el Ártico eleve el nivel del agua del mar, lo que equivale una transferencia de agua desde los polos al ecuador, lo cual ralentiza la velocidad de rotación del planeta.
Esta situación ha generado que se retrase el momento para tomar la decisión de si es necesario o no incluir un segundo intercalar negativo y da más tiempo para prepararse.