En el sur de Italia, una de las consecuencias de la tragedia del coronavirus COVID-19, es que casi tres millones de personas necesitan ayuda para comer. Esta fue la alarma que lanzaron los servicios secretos, después de algunos asaltos a los supermercados, así como alcaldes, párrocos, responsables de Cáritas y asociaciones de voluntarios.
El alcalde de Palermo, Leoluca Orlando, conocido luchador contra la mafia, habló de esta grave emergencia social: “Hay focos sociales de sufrimiento, con el riesgo de que el malestar se convierta en rabia y esta se transforme en violencia” afirmó el regidor de la capital siciliana en una entrevista en la RAI.
Orlando también advirtió con preocupación que “en este clima es evidente que puedan anidar chacales en las redes sociales, una pequeña minoría pero que puede crear desestabilización”.
Cabe indicar que el Gobierno italiano respondió con urgencia a esta llamada de alarma que procede sobre todo del sur de Italia, donde existe un grave riesgo que algunos denominan “bomba social” o “polvorín social”, que puede explotar si no llegan soluciones urgentes.