El coronavirus se está cobrando la vida de numerosos sacerdotes en distintas ciudades del norte de Italia: una docena en Bérgamo, cinco en Parma, otros en Milán y en Cremona, según informa el diario católico Avvenire.
Junto con los médicos y las enfermeras, los sacerdotes visitan seguido a los enfermos por el Covid-19, en su mayoría ancianos, para darles soporte emocional, una necesidad para esa región de Italia particularmente creyente.
La radio católica de la Conferencia Episcopal Italiana (Cei), InBlu, explicó que debido a las medidas para evitar la propagación del virus, los sacerdotes deben evitar dar la extremaunción, el óleo sagrado que se unta a los enfermos que están por morir.
También se conoció que hay varios religiosos infectados, algunos en estado grave, lo que podría aumentar el número de fallecidos. Como todas las otras víctimas del virus, los sacerdotes fallecidos han sido enterrados sin el rito fúnebre.