Terrible. Un albañil en España demandó al Banco Santander por daños y perjuicios luego de que perdiera 6.5 millones de euros (más de 7 millones de dólares) que había invertido y que antes había ganado en la lotería ‘La Bonoloto’.
Luego de 14 años de batalla judicial y de haber recuperado 163 mil euros, el hombre aún sigue en apuros económicos, pues presenta serios problemas de salud. Además de la indemnización, ahora reclama para sus dos hijas 46 mil 675 y 69 mil 591 euros, pues la inversión era destinada a ellas.
La defensa de Francisco Guerrero, en su demanda, pide una acción de “responsabilidad contractual por incumplimiento de contrato de asesoramiento financiero e indemnización de daños y perjuicios derivado de dicho incumplimiento contractual”.
El hombre, sin estudios superiores, invirtió su dinero en 2007, “totalmente ignorante en cuestiones financieras”, pensando en una inversión con depósitos a plazo fijo sin riesgo. En realidad contrató productos tóxicos de alto riesgo que no solo le hicieron perder lo invertido, sino le crearon deudas.
Solo se enteró de lo que había pasado dos años después, en 2009. Sin haber retirado un solo centavo, acudió al banco para extraer 30 mil euros por una dolencia en la rodilla, descubriendo que no tenía nada. En declaraciones a EFE, Guerrero señaló estar “destrozado”.
Y es que, tras varios años en procesos judiciales, pese a haber ganado dos juicios (por lo que el banco debe pagarles 1.2 millones a él y otros 1.2 millones a sus hijos, aún no logra cubrir las deudas que le generaron los productos tóxicos.
El albañil de profesión recibe tratamiento psiquiátrico y sufre problemas en la rodilla, pues no pudo someterse a operación hasta varios años después de sufrida su dolencia. Ahora vive en una vivienda hipotecada en Artana, cuyas cuotas de pago se le hacen imposibles.
“(El banco) ha destruido mi vida”, señala. Añade que se siente víctima de “un robo y un engaño”, por lo que no tiene “ánimos para luchar”. No obstante, mantiene algo de esperanza tras las dos sentencias judiciales a su favor.
En ellas se reconoce que él y su familia desconocían que con estos productos podían perder dinero. Por su parte, el banco evitó dar declaraciones a la agencia sobre este caso.
