En Estados Unidos, una Shih Tzu de nombre Emma, fue sacrificada para cumplir con el último deseo de su dueña: que el can descansara con ella.
Emma llegó al Refugio de Animales del Condado de Chesterfield, después de la muerte de su ama, y ahí se quedó dos semanas. Durante ese tiempo, el refugio estuvo en contacto con el albacea de los bienes de la mujer muerta para tratar de que dejaran vivir al animal.
"Sugerimos a la familia de la difunta que podían dejar a Emma en el refugio, porque luego podríamos encontrarle fácilmente un nuevo hogar", señaló Carrie Jones, gerente de Servicios para Animales del Condado de Chesterfield.
Sin embargo, la mascota fue llevada a un veterinario local, sometida a eutanasia y trasladada a un centro de cremación de mascotas en Richmond, Virginia. Sus cenizas fueron colocadas en una urna y devueltas al representante de la herencia de la mujer.
Si bien el código del estado de Virginia prohíbe enterrar animales con humanos en cementerios comerciales, hay excepciones para los espacios de descanso finales que son propiedad de una familia.