En Gran Bretaña, un hombre de 22 años que pesaba más de 100 kilos será sentenciado la próxima semana por homicidio infantil. El sujeto es acusado de haber causado la muerte de su hija de tres años, al caer sobre el estómago de la pequeña, produciéndole fuertes traumatismos en el abdomen.
Tras el accidente, ocurrido en enero de 2015, el acusado mandó a la niña a la cama y le dijo a la madre que le dolía el estómago, ocultando la verdad. La menor no pudo soportar los dolores y falleció al día siguiente. Sin embargo, el hombre no admitió el crimen hasta siete meses después.
"La vergüenza, la culpa y el miedo le dejaron paralizado al padre, por eso mintió sobre lo sucedido con su pequeña, está muy deprimido", explica el psicólogo que trató al hombre, informa Daily Mail.
"Me mintieron durante siete meses hasta que supe la verdad. Ya no confío en nadie después de haber sido traicionada con esto", dijo entre lágrimas la madre de la niña. El hombre dice que este episodio le generó una severa depresión que lo llevó a perder 44 kilos desde la muerte de su hija.