El drama que viven miles de personas con enfermedades terminales va más allá de los síntomas que puedan padecer. Y es que para muchas de estas personas lo peor es saber que nunca se curarán y que no pueden tomar la decisión de dejar de vivir para ya no sufrir tanto. Sin embargo, en Canadá se está analizando la posibilidad de legalizar la muerte asistida para estos pacientes.
El proyecto de ley para la legalización de la asistencia al suicidio se someterá a una votación parlamentaria en junio de este año y se espera que sea aceptada, puesto que el promotor de la iniciativa es el primer ministro, Justin Trudeau, cuyo Partido Liberal tiene la mayoría en el Parlamento.
"Es un asunto profundamente personal que afecta a nuestras familias y a todos nosotros de forma individual a medida que se acerca el final de nuestras vidas", dijo Trudeau. La ley solo se aplicaría a los canadienses y residentes en el país, lo que impide a los extranjeros a viajar allí para la eutanasia.
Según la ley, los pacientes tendrían que hacer una solicitud por escrito para la asistencia médica en su muerte o tener una persona designada para hacerlo si no son capaces. Los pacientes esperarían hasta 15 días para saber la decisión de las autoridades y en todos los casos se podrá retirar la solicitud en cualquier momento.
Por otro lado, el ministro de salud Jane Philpott manifestó que, en caso sea aprobada la ley, se debe respetar a los médicos que no quieran participar en casos de muerte asistida. "También hemos oído en voz alta y clara la importancia de reconocer los derechos de conciencia de los profesionales de la salud, quienes pueden optar por negarse a prestar esta asistencia por razones o convicciones personales”.
Como se recuerda, la muerte asistida es legal en Suiza, Bélgica, Luxemburgo, Holanda y en los estados estadounidenses de California, Oregón, Washington, y Vermont. En América Latina están Argentina, Uruguay y, desde el 2015, Colombia.