Peng Weiqing, de 48 años, ha permanecido encerrado en una jaula en la casa de su madre en la ciudad de Zhengzhou, en la provincia china de Henan, desde que tenía seis años de edad.
De bebé, una fiebre muy alta le provocó a Weiqing daños cerebrales. Desde la edad de seis años comenzó sufriendo graves ataques epilépticos. Su progeniotora, Peng Waimei, dice que ella ha mantenido a su hijo encerrado en una jaula desde entonces con el fin de protegerlo.