El tribunal sentenció a la pena capital a 150 de los más de 800 soldados acusados de asesinato durante el motín de la guardia especial de fronteras ocurrido en 2009, en el que fallecieron 74 personas.
El juez también sentenció a cadena perpetua a 161 militares acusados crímenes contra la humanidad, dictó diversas penas de prisión para otros 250 involucrados en fusilamientos y absolvió a 271 soldados.
A finales de febrero de 2009, miembros de la guardia llamada Bangladesh Rifles, se amotinaron en su cuartel general de la capital, Dacca y en otras localidades tras una disputa salarial con altos mandos militares.
En el motín murieron 74 personas, incluyendo más de 50 oficiales del Ejército. La revuelta se prolongó durante 36 horas y sorprendió por su ferocidad y crueldad. Los sobrevivientes denunciaron que fueron víctimas de torturas.
Organizaciones internacionales señalaron que durante la intervención militar hubo abusos y que varios cuerpos de oficiales de las Fuerzas Armadas asesinados fueron escondidos en cloacas en el sistema de alcantarillado.