Al menos 4.150 niños han cruzado la frontera del país, sin ser acompañados por sus padres o de algún otro familiar, aunque esta cifra solo incluye a los menores registrados, por lo que el dato real podría ser más elevado.
«Algunos han perdido a sus padres en el conflicto y huyen de la violencia, mientras otros son enviados a países vecinos para evitar que sean reclutados por grupos armados», explicó la portavoz de Unicef, Marixie Mercado.
Líbano es el que más niños ha recibido, hasta 1.698, la mayor parte de los cuales vive en el área del valle de Bekaa, donde se les está utilizando como mano de obra barata en tareas agrícolas de largas horas.
En Jordania residen unos 1.170 niños que han llegado solos, incluso menores de nueve años, que viven en el campo de Za'atari; mientras que en Irak se estima que hay unos 300 niños que han llegado solos a ese país.
Unicef recordó que estos niños han sido «testigos y víctimas de niveles horribles de violencia», separados de sus padres o cuidadores, lo que los hace «extremadamente vulnerables» a abusos.