Benedicto XVI reprochó esta mañana a los clérigos que han cuestionado las enseñanzas de la Iglesia sobre el celibato, destacando que son egoístas al desobedecer su autoridad.
El sumo pontífice hizo esta crítica durante su homilía de Jueves Santo, cuando los sacerdotes renuevan, ante la iglesia y los miles de fieles, sus promesas de pobreza, castidad y obediencia.
El Papa dijo que los disidentes afirman estar motivados por la preocupación por la Iglesia. Pero insinuó que en realidad solo hacían "una presión desesperada de hacer algo para cambiar a la Iglesia siguiendo sus propias preferencias e ideas".