Muchos dueños de mascotas expresan su amor con besos y abrazos, sin saber que para los perros estos gestos no forman parte de su lenguaje natural. Sin embargo, con paciencia y cariño, los perros pueden aprender a entender estas demostraciones humanas, aunque no las reproduzcan del mismo modo.
EL LENGUAJE DE AFECTO CANINO NO INCLUYE ABRAZOS
A diferencia de los humanos, los perros no nacen sabiendo qué significa un beso o un abrazo. Para ellos, acorralar su cuerpo o acercar demasiado el rostro puede resultar incómodo o incluso amenazante. A lo largo del tiempo, y gracias a la domesticación, han aprendido a asociar estos gestos con afecto, pero no forman parte de su comunicación natural.
Los perros muestran cariño de otras formas: lamen, se frotan, se acurrucan o te siguen a todas partes. Estos comportamientos son equivalentes a los abrazos humanos, pero desde su perspectiva emocional y biológica.
¿PUEDEN ENTENDER NUESTRAS MUESTRAS DE CARIÑO?
Con constancia y refuerzos positivos, los perros pueden aprender a aceptar —e incluso disfrutar— de los abrazos o besos. Es fundamental observar sus reacciones: si se alejan, giran la cabeza o muestran incomodidad, es mejor no insistir.
También es clave enseñar a los niños a no invadir el espacio de nuestras mascotas, especialmente con gestos como abrazar o besar su cara. La forma más segura y efectiva de demostrar afecto es a través de caricias, palabras suaves y permitirles acurrucarse cuando ellos lo deseen.